El mejor gramático que ha tenido nunca la lengua española dice que los lingüistas tienen que ser como los médicos: deben saber un poco de todo. Este blog mira el español por dentro y por fuera. Por dentro porque atiende a su gramática y a sus variedades, considerando sus sonidos, sus palabras, sus oraciones, su significado y su uso; por fuera, porque mira la relación que tiene con otras lenguas y cómo es usado en los debates políticos, sociales y culturales. Y todo esto desde dentro de un iglú.

domingo, 4 de marzo de 2012

Sobre ¡ y ¿

El origen de los signos finales de exclamación y de interrogación están relativamente claros e incluso parece que tienen una etimología razonable. Se piensa que ! procede de la interjección 'io', con la 'i' alargada y la 'o' reducida a un punto debajo de ella, como una marca de énfasis procedente del latín, primero usada en manifestaciones de alegría (como quien dice 'hurra'), y luego despojada de parte de su significado y generalizada para el énfasis.

teque, dum procedis, io Triumphe!
non semel dicemus, io Triumphe! (Horacio, Odas IV)

En cuanto a ?, parece que procede de la abreviatura qo., 'quaestio', en la que la 'o' se vuelve punto y la 'q' termina mutando en la hoz que tenemos ahora. No parece extraño; el griego y el latín usaban puntos para marcar pausas, pero no tenían ningún signo convencionalizado para marcar la interrogación o la exclamación hasta época tardía, por lo que los signos tuvieron que evolucionar de alguna parte en la Edad Media. Hasta Alcuino de York, no se empieza a desarrollar cierto sistema para marcar estas cosas.

Estos signos son comunes casi todas las lenguas occidentales y aun a algunas que no lo son. En árabe es habitual usar el signo ؟ para cerrar las interrogativas; como se ve, es una adaptación mínima, a una lengua que escribe de derecha a izquierda, del mismo signo de cierre que tenemos en español.

No es nada frecuente, en cambio, utilizar el signo de apertura para marcar la exclamación y la interrogación. La única lengua que los utiliza es el español, y eso desde la ortografía de 1754; las lenguas romance en estrecho contacto con el español, como el catalán, el gallego y el asturiano, también las utilizan o las han utilizado, aunque en algunos casos -como el gallego- ha habido movimientos contrarios a usarlos, ya que se identifican con la influencia del español, que es algo que no siempre gusta.

¿Qué razón hay para esto? La explicación que se suele dar es que se hace así para evitar ambigüedades y marcar de forma clara cuál es el comienzo del enunciado sobre el que la negación o la exclamación tiene alcance. De hecho, en catalán y en gallego, el uso de los signos de apertura es opcional y se recomienda solo cuando hay posibles malentendidos. La explicación se relacionaría con el hecho de que en español no hay marcas interrogativas obligatorias, como en inglés es la inserción de 'do', o las partículas 'qu'est-ce que' del francés, o el 'que' del catalán. La inversión entre el sujeto y el verbo, además, ni son obligatorias...

(1) ¿En qué medida este gobierno no sigue sus propios principios?

... ni son exclusivas de la interrogación, porque también se pueden dar habitualmente, por ejemplo, en las oraciones relativas.

(2) Una estudiante a la que suspendieron todos los profesores

Por todo esto, podría ser cierto que hay una necesidad de desambiguar en la lengua escrita lo que en la lengua oral, por otra parte, es muy claro, pero para eso sirve precisamente la puntuación. ¿Puede ser esto así? Tal vez, pero para estar seguros habría que saber por qué otras lenguas en las que tampoco hay marcas iniciales de interrogación nunca han sentido la necesidad de duplicar estos signos.

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